Rosa Romero: "Nani, con lo mío sufre, pero ahora también presume"

Nani Roma

• "A veces soy la típica pesada que les dice a sus hijos que no corran"

• "Mi hijo pequeño me pide que no vuelva porque me ha echado de menos, pero creo que volveré", dice la esposa de Nani Roma tras terminar el Dakar 2015

• "No tengo nada de superwoman"

 

larioja.com / Arantza Furundarena / Foto E. C.

Este año Nani Roma no pudo terminar el rally Dakar en coche. Su mujer lo terminó en moto. Llevaba como amuleto unos dibujos hechos por sus tres hijos con un «Suerte, mami». Catalana de 45 años, ingeniera de Telecomunicaciones que trabaja como informática, Rosa Romero Font lleva la competición en las venas. "No tengo nada de superwoman".

- Esta vez lo ha conseguido.
- A la cuarta. Las anteriores no pude acabar. Bueno, el primer año no fue por mí. El chico que venía conmigo se hizo daño y se retiró, así que a mí me mandaron también para casa.

- ¿Por qué?
- Porque Nani, mi marido, no quiere que corra sola. La única condición que me pone es que vaya acompañada.

- Por un mochilero.
- Exacto. En este caso ha sido Antonio Gimeno. Él venía en otra moto detrás de mí. Competía igual que yo, en el Himoinsa Team, pero en lugar de hacer su carrera a su ritmo lo hacía al mío. Esa era la condición de Nani, porque él con lo mío sufre. Sabe que con las motos hay riesgo y como él está haciendo su trabajo como profesional no puede estar pendiente de si yo llego o no.

- ¿Alguna vez le ha pedido que no vaya?
- Bueno, yo hace muchos años ya quería participar, pero él me decía: «Espérate, que yo lo paso mal». Y al final, cuando ya le fueron bien las cosas, me dijo: "Venga, pues ahora tú".

- ¿Hay rivalidad con su marido?
- Qué va. Al revés. Es muy consciente de que yo no soy profesional y él sí. Él tiene todo su tiempo para entrenar y yo tengo que compaginarlo con el trabajo, los niños... Sabe lo difícil que es para mí llegar en forma al Dakar. Y lo valora muchísimo. Ahora presume. Le dice a todo el mundo que lo mío tiene mucho mérito.

- Y sus hijos, ¿cómo lo ven?
- El pequeño, de seis años, se enfadó un montón, porque mamá es mamá y está acostumbrado a que esté más en casa que su padre. La mayor, de 17, lo pasa fatal, pobrecilla. Siempre está pendiente del ordenador durante la carrera. La mediana, de 11, ha estado contenta.

- Si le llegan a decir: «Mamá, quédate», ¿se habría quedado?
- No.

- ¿Qué tiene la moto que engancha tanto?
- No sé, pero a mí me viene de niña. Y eso que en mi familia no hay tradición.

- ¿Cómo conoció a Nani Roma?
- Él es de un pueblo cercano al mío. Un día coincidimos en una pequeña carrera y empezamos a salir. Yo siempre le preguntaba si podía entrenar con él. Fue muy divertido, je, je...

- ¿Hacen buen equipo?
- Nani y yo nos respetamos mucho. Él hace sus cosas, yo las mías. Necesito espacio para hacer lo que me gusta, porque aparte de la moto hago bicicleta de carretera, esquí de montaña... De Nani me enamoró su forma de ser. Aunque tiene un carácter fuerte, ¿eh? Pero es divertido. Los dos tenemos mucho carácter y yo soy tozuda, así que a veces chocamos un poco. Pero somos muy independientes. Es sano en una relación el que cada uno haga un poco su vida, así luego cuando estás con esa persona lo valoras más.

- En el rally tuvo muy presente a una amiga con cáncer.
- Sí. Ella me dijo: «Cuando lo pases mal acuérdate de mí». Lo terminé también por ella, para demostrarle que si yo lo he conseguido ella también lo conseguirá.

- ¿Llegó a pensar en tirar la toalla?
- No. Mi objetivo era seguir en carrera, así me tuviera que quedar a dormir una noche en el desierto. Pero el segundo día fue duro. Hacía un poco de calor y me mareé.

- ¿Qué es un poco de calor para usted?
- 45 grados. Y eso cuando llevas encima 400 kilómetros de pista... Pero conozco muy bien mi cuerpo. Paré y me hidraté.

- También habrá pasado frío.
- Cruzamos a diez bajo cero un paso de los Andes. Yo iba encima de la moto con ganas de llorar. Diciendo: «No puedo más». Pero la ilusión de llegar a la meta fue más fuerte. Es increíble lo que el cuerpo llega a aguantar cuando la cabeza dice que sí.

- ¿Sus hijos tienen moto?
- Todos, desde pequeñitos. Pero a las niñas no les gusta y me parece perfecto. Yo lo único que les pido es que hagan un deporte. El deporte es una forma de vida. La mayor monta a caballo y compite en 'raids' de resistencia. Y al pequeño le encantan las motos. Cuando empezó yo lo pasaba muy mal. Pensaba: «¡Este niño se va a matar!». Como madre también soy a veces la típica pesada que les dice a sus hijos que no corran. Al final, el niño tuvo dos accidentes y se hizo prudente.

- ¿Con seis años?
- Le sirvieron para aprender. Ahora lleva muy bien la moto y es una afición que puedo compartir con él.

- ¿Qué le han dicho sus hijos cuando ha terminado la carrera?
- El pequeño me ha dicho: "¡Eres la mejor mami del mundo! Pero el año que viene no vayas, que yo te echo de menos".

- ¿Y va a ir?
- Con medios como los de este año yo creo que sí. Volveré.


Nani Roma